¡Buenos días Julio!
No puedo empezar de otra manera este post. Llega Julio, uno
de los meses que más me gustan del año. Un mes en el que quieres morir cuando
estás de recuperaciones mientras todos, o casi todos tus amigos están ya de
vacaciones y a ti te toca estar pringando (como es mi caso). Pero a la vez, un
mes en el que, cuando acabes esa etapa, empieza tu verano y tienes más ganas de
vivir que nunca.
“Huele a
pantalón corto y a cometer errores porque “qué más da, es verano”. Huele a las
ganas de trasnochar, porque en verano no se dice “una más y nos vamos”. No.
Nadie quiere irse nunca. Huele a fiesta, seamos sinceros, sin especificar hora
del día porque todo es aceptable en verano. Huele a escenario, música en
directo y pelos de punta. Huele a gente guapa
porque todo el mundo está mejor con gafas de sol y con la piel bronceada. Huele
a viajes irrepetibles. Huele a un verano distinto, mejor que el anterior y peor
que el próximo. Huele a ir a por todas. De cabeza. Huele a esa colonia que no
te puedes quitar de la cabeza. Huele a la ausencia de voluntad y falta de
responsabilidad cuando se te planta delante la combinación de piel morena y
ojos claros. Huele a tormenta estival, la única del año en la que no te importa
empaparte. Huele a que más de uno se tirará al agua con el móvil en el
bolsillo. Y qué más da, es un aparato sobrevalorado. Huele a castillos en el
aire que, durante un tiempecito, se sostienen. Huele a cambio, que aunque no
nos demos cuenta en el momento, siempre es a mejor. Huele a paseos de
madrugada, creyéndonos invencibles y lográndolo. Huele a juegos de cartas
durante horas, apuestas demasiado arriesgadas y decisiones mezcladas con
alcohol, peligrosas pero divertidas que rápidamente se solucionan tomando otra
aún peor. Huele a quemar tacón, mojar melena y gritar al viento. Huele a
declaraciones de amor estrepitosas porque es el momento de jugársela a un todo
o nada. Huele a revolución veraniega, a rebeldes con la mejor causa del mundo,
huele a living on the fucking edge. Porque si es cuestión de ser eternamente
jóvenes, ahora es el mejor momento”
Hoy vengo con un post especial. Mi obsesión por las espaldas
al aire este verano se traslada a los bañadores. Siempre he sido muy de bikinis
y nunca o casi nunca llevo bañador, pero si son como este… I die of love!
Las fotos me las hice el día en el que una de mis mejores
amigas, Paula, celebraba su cumpleaños. Piscina, calor, cervezas, risas, una
cámara y este preciosisississismo bañador fueron suficientes para sacar fotos.
Soy de las que piensa que en la sencillez está la grandeza y
como buena amante del negro y de las espaldas al aire, este bañador es
PERFECTO.
Espero que os gusten las fotos tanto como a mí y que
disfrutéis a rabiar del verano.
¡Mil besos!
Bañador: women'secret
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